Llevamos un par de semanas, sino más, viviendo con una extraña sensación. Sensación por otra parte que nos ha sido alimentada e inoculada a través de filtraciones interesadas y noticias especulativas sobre el tan anhelado comunicado de ETA.
Parece que toda nuestra suerte, y hablo como sociedad, que de la suerte individual de muchos se ocupará el bombo y los niños de San Ildefonso mañana, recae en las manos o en el texto que ETA pueda hacer público en próximas fechas.
Curioso argumento este. Y digo curioso porque resulta que muchos de los que depositan en él la certificación de un cambio político o no veraz, son los mismos que comunicado tras comunicado se empeñan en proclamar o declamar (por aquello de la teatralización de los actores políticos) que cualquier cosa que diga ETA sirve de poco o nada.
Y se equivocaban cuando repetian tal sainete y lo hacen ahora, aunque hayan cambiado el politono de su machacante melodía. Ni antés nos era indiferente cualquier cosa que pudiera decir ni ahora es vital lo que puedan anunciar. Me explico. Lo que ya han dicho tiene importancia. La tiene porque cualquier cese en su accionar violento es un paso adelante. Tímido, insuficiente o escaso, pero avance al fin y al cabo. Y sin embargo, lo que puedan anunciar aun con ser importante lo es menos que la determinación y la unilateralidad e irreversibilidad de los pasos que ya ha dado la izquierda abertzale en sus multiples declaraciones y comparecencias. Read the rest of this entry ?